1979 fue el último año de potencia de bloque grande en el clásico pony car de Pontiac.
Bajo la presión de las compañías de seguros y estrangulado por la burocracia de la legislación sobre emisiones que estranguló sus motores V8, Detroit había abandonado casi por completo el concepto del muscle car a finales de los años 1970. Pero Pontiac claramente no recibió el memorando.
Este vehículo, parte de la icónica serie Trans Am de Pontiac, es 1 de 1,107 Y84 Trans Am construidos con 400 V-8 y cambio manual de 4 velocidades.
El Pontiac Trans Am 1979 y el Pontiac Trans Am SE (Special Edition) 1979 son dos variantes del mismo modelo de automóvil fabricado por Pontiac, una división de General Motors. Aunque comparten muchas similitudes, hay algunas diferencias clave entre ellos, especialmente en términos de apariencia y características especiales.
En el corazón de este poderoso automóvil latía un motor V8 de 6,6 litros, capaz de producir 220 caballos de fuerza y un impresionante par motor de 450 Nm. Esta potencia se traducía en una experiencia de emocionante conducción, donde la aceleración era pura adrenalina y el rugido del motor resonaba en las calles. La suspensión afinada y la dirección sensible aseguraban un manejo preciso, convirtiendo cada viaje en una aventura.
El Trans Am SE de 1979 no solo se destacaba por su rendimiento, sino también por su imponente estética, el interior estaba meticulosamente diseñado, ofreciendo comodidad y estilo en igual medida. Los asientos deportivos, el volante envuelto en cuero y los acabados de alta calidad crean un ambiente lujoso para los ocupantes.
Además del rendimiento y el estilo, el Trans Am SE también cuenta con características tecnológicas avanzadas para su época. Desde sistemas de sonido mejorados hasta opciones de transmisión automática, este modelo estaba equipado con las últimas innovaciones de la industria automotriz de los años 70.
El legado del Pontiac Trans Am SE de 1979 perdura en la memoria de los aficionados al automóvil como un ejemplo supremo de potencia, estilo y artesanía. Su presencia imponente en las carreteras y su rendimiento inolvidable lo convierten en un clásico atemporal que sigue siendo admirado por generaciones, capturando la esencia misma de una época dorada en la historia del automovilismo.
Gracias, Totalesss…
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